Capítulo 1: El Presunto.
El timbre del Instituto
KAIZEN Center de MAMBA Ryu sonó esa tarde a las 2:37, poco después de que
Shodai regresara de su vuelta ciclista. Recién duchado y muy cansado después de
haber trasnochado y madrugado para trabajar en su libro de filosofía titulado ‘Las Enseñanzas del Sennin – Introducción al
Camino de la Sabiduría’, nuestro Sennin se estaba preparándo para
entregarse a la ardua tarea de una bien merecida y muy necesitada siesta,
cuando sonó de nuevo el timbre. ‘¡Qué
demonios!’, pensó, ‘¡sesenta segundos antes y todavía me estaría duchando y no
hubiera oído el timbre! ¡La madre que les parió como sean esos dichosos Testigos
de Jehovah! ¡Ya me tienen harto con su dios que ni siquiera saben cómo se
llama! ¡Jehovah! ¡Qué gente! ¡Jehovah mis narices! ¡Yahveh! ¡Yahveh! ¡Yahveh! ¿Cómo
demonios quieren que les tome en serio si ni siquiera pronuncian bien el nombre
de su dios?’
[
“¡Ya voy!”, anunció
dando un leve grito en dirección a la ventana levantina de su recámara mientras
desenterraba de su closet una camiseta limpia de MAMBA para terminar de
vestirse.
Shodai
sintió de pronto algo extraño, un hormigueo en su wa que le advirtió de la importancia de
acercarse a la ventana de su habitación para echar una ojeada discreta a la
calle por entre las rendijas de la persiana vertical. Abajo, ocupando un largo
trecho del espacio delante de su cochera y portal, vio desplegada una larga
limosina blanca. El vehículo estaba atendido por un chófer, un hombre joven de
mediana estatura, de origen posiblemente latino, vestido impecablemente en un
traje limpio y recién planchado, y que lucía un porte claramente ex-militar.
‘Guardaespaldas’, pensó Shodai al ponerse la camisa. Eso implicaba un cliente
lo suficientemente adinerado para permitirse el lujo de uno y lo
suficientemente necesitado para sentir la urgencia de hacerlo. El Sennin pausó
momentáneamente para rebuscar en su imaginación y memoria una razón que
explicara la presencia del vehículo que sin duda estaba vinculado a la visita
inesperada. Nada. Cero. Ni una memoria, ni siquiera una idea, pero
inmediatamente supuso que sería para alguna instrucción o consulta privada. ¿Protección
personal? ¿Consulta? ¿Negocios? Como Shrek en su pantano, nuestro Sennin era
gran defensor de su privacidad fuera del horario oficial del Ryu, dedicándose
plenamente a la producción de nuevos programas, a la escritura de libros,
ensayos, artículos, poesías, técnicas de artes marciales, y a su propia y
constante formación mental y física – la formación espiritual estaba ya
implícita en todo lo que hacía. Por eso mismo no era su costumbre revelar su
presencia en el Instituto antes de verificar primero quién le buscaba y para
qué – sobre todo en el caso de una visita inesperada de un ‘no-miembro’ del Ryu.
Shodai
descendió sigilosamente los escalones con sus trece sentidos en plena alerta;
apenas había llegado a la mitad de la escalera doblando la esquina a su
izquierda cuando sintió un escalofrío en la boca del estómago: ahí, de pie, plácidamente
admirando el huerto interior situado en la antesala del Instituto y de espaldas
a la escalera, se encontraba un señor afro-americano de mediana a avanzada
edad, de impecable porte y de aproximadamente 190 cm de estatura. Como un
felino escondido entre el matorral, listo para dar muerte a su presa, Shodai se
quedó inmóvil ahondando la situación. Su abdomen se hinchó inconscientemente en
una profunda inhalación abdominal; sus sentidos, siempre presentes, se
agudizaron aún más ante la evidencia clara de un allanamiento de morada y en
anticipación instintiva de un posible desenlace violento; su poderoso wa, el gran sentido de la intuición, de
la percepción del inconsciente, se extendió en todas direcciones para conectarse mejor con
su medio ambiente… pero… ¡nada!... ni
siquiera registraba la presencia evidente ante sus propios ojos. Ahí, en la
entrada del Instituto, de su
Instituto, había un intruso luciendo una elegante y lujosa chamarra de cuero
negra, un arete de oro en la oreja izquierda, un moderado afro meticulosamente
bien cuidado, más corto de los lados que de arriba, y calzando unas botas
camperas de piel de serpiente color plateado. ‘¡Zapatos en el Instituto! ¡Eso
es el colmo!’, estalló Shodai en su mente,
concluyendo finalmente que no había mayor amenaza más allá de la
irreverencia del calzado, la cual, y a pesar de las circunstancias tan
extrañas, era lo que más importunaba a nuestro maestro-ermitaño. Descendiendo los
últimos varios escalones con ‘shinobi
aruki’ – el paso sigiloso del ninja – Shodai, consciente de que hay personas
que sienten la mirada ajena sobre ellas, fijó la vista no directamente sobre
las espaldas del intruso sino a un punto en su periferia desde donde observaba
la figura a la vez que su entorno. ‘¿Será familia de mi padre?’ se preguntó nuestro
Sennin al descender el último escalón echando una ojeada fugaz a su izquierda,
verificando la posición del pestillo de la puerta: Estaba en posición horizontal,
es decir, la puerta se hallaba aún cerrada. ‘¿Por dónde entraría este tipo?’,
pensó, no recordando haber oído ni el sonido del portal exterior ni el de la puerta
interior, ni mucho menos el indistinguible ‘clic’ que hace el pestillo al
echarse. Shodai estaba preparado para
toda y cualquier eventualidad – toda y cualquier eventualidad salvo la que sucedería
a continuación que resultó ser algo completamente inesperado.
[
“Buenas tardes”, dijo el
intruso en un español castellano sin acento y con una despreocupada sonrisa
mientras daba la media vuelta y extendía amistosamente su mano derecha.
[
“¿Morrigan Freedman?”, exclamó
Shodai, ahora sí que por instantes completamente desconcertado pero no obstante
logrando una respuesta coherente, y en inglés, “¿Qué le trae a Usted por aquí?
¿A Playas de Tijuana, y al KAIZEN Center de MAMBA-RYU?”
Shodai
inmediatamente apartó de su mente el detalle del saludo en español por parte de
su huésped no invitado, descartándolo por una parte como la afectación de un
veterano actor y camaleón profesional de emociones y expresiones humanas y por
otra porque interferiría con su exploración del momento presente – ya tendría
ocasión de analizar su significado en el futuro. El contacto físico con la mano
fue bastante ameno; el apretón fuerte y firme, exactamente lo que uno esperaría
del renombrado artista. Pero a otro nivel, a un nivel energético, intuitivo,
empático, del inconsciente concientizado fue otra cosa. El Sennin sintió algo
muy extraño emanando del wa de su inesperado huésped, una
vibración que él asociaba con algo familiar, con un recuerdo que no discernía,
con una experiencia importante… pero… ¿de dónde? ¿De cuándo?
[
“Soy un tremendo fan
suyo, Shodai. He comprado todos sus libros, he leído todos sus blogs, todos sus
ensayos, novelas, artículos y poesías, hasta tengo descargados todos los audios
de su página en la Internet. Muy impresionante su producción, sobre todo de un
tiempo a esta parte”, añadió el veterano actor pero no en inglés como Shodai
esperaba, sino todavía en un castellano impecable, y encima con el más
exquisito acento posible: el acento de Castilla la Vieja, España – ¡mejor acento
que el suyo mismo!
[
“Me halaga Sr. Freedman.
No tenía ni idea que Usted supiera de mi existencia, mucho menos que me leyera.
La verdad es que todo esto de tenerle aquí de repente me parece algo bastante
surreal.”
[
“No se subestime tanto
Shodai, ha creado Usted algo insólito con su MAMBA-RYU y su Instituto KAIZEN
Center. Llevo tiempo queriendo hacer un viaje hasta aquí sólo para hablarle en
persona. Estuve leyéndole esta mañana y sentí el impulso irresistible de
acercarme para hablar con Usted cara a cara.”
[
“¡No sabía que Usted
hablara español! ¡Y sin acento! Mejor dicho, con un acento castellano que no he
oído desde mi adolescencia. Es un acento, como decirle, limpio, cristalino,
impecable. Me recuerda a los arroyos de la sierra del Guadarrama por donde hacía
excursionismo de muchacho”, respondió Shodai, ahora sí que completamente
perplejo, pero no por eso quitaba el dedo del renglón. “Por cierto, no me di
cuenta de que había dejado ambos el portal y la puerta de la casa abierta, sin
cerrar con llave. ¿Cómo logró entrar?”, preguntó Shodai cortésmente, pero con
firmeza, insistiendo en una respuesta.
[
“¿No le importa que
hablemos en español, verdad? No tengo mucha ocasión de practicar y si me
consintiera significaría mucho para mí”, respondió el actor, ignorando por
completo la pregunta sobre la manera de su acceso al interior – algo que
nuestro Sennin no pasó por alto pero decidió dejar de lado de momento – quizás
se había equivocado y había dejado ambos el portal y la puerta delantera
abierta. ¿Cómo poder estar seguro en este momento?
[
“En absoluto, Sr. Freedman.
Como Usted guste. ¿Inglés o español?”
[
“Muchas gracias. Español
será entonces. Como le decía, soy un ávido lector suyo pero hoy me
desconcertaron las anotaciones en su Diario de un Sennin. Quisiera saber si
pudiera hablar con Usted al respecto. Algunas de sus anotaciones sobre Dios
pues han creado algunos problemas existenciales para mí, y ahora veo que se ha
empeñado en continuar escribiendo su libro de filosofía.”
[
“Pues sí, de hecho estaba a punto de sentarme
a trabajar en ello…”, respondió Shodai, viendo cómo podría salirse del aprieto
de una consulta inesperada que impactaría su horario de trabajo. “Estoy
bastante atrasado y los alumnos ya están esperando el nuevo material del
capítulo que estoy escribiendo.”
[
“Mire, le pido mil
disculpas por no haberle llamado antes para tener una consulta. ¡Ya sé cómo es
usted con su tiempo! Pero fue puro
impulso, y pues ya que estoy aquí… por supuesto que le recompensaré ampliamente
por imponerme de esta forma en su horario de trabajo, pero creo que los temas
que me gustaría tratar con usted serían muy relevantes a su libro de filosofía.
Mire, tráteme como lo haría a cualquiera que le pidiera consulta profesional de
suprema urgencia”, añadió con una sonrisa.
Shodai
vaciló por unos instantes, considerando si sería apropiado despedir al
visitante inesperado para poder reintegrarse a su horario de trabajo o
simplemente entrar en sesión cuanto antes para no perder más tiempo. Además, si
el Sr. Freedman quería hablarle sobre su libro quizás habría la posibilidad de
tratar dos temas de un tirón. Finalmente respondió:
[
“Creo que su estatus como
uno de mis actores favoritos impide la posibilidad de ser tratado como a un
cliente cualquiera… está bien, pero le tendré que pedir que se quite las botas,
no se permite calzado de la calle en el Instituto”, concluyó Shodai con una
sonrisa amable pero cautelosa.
[
“¡Sí que Usted se
mantiene a la altura de su reputación! ¡Es un hombre de rectitud, me gusta eso!”
El wa de Shodai inmediatamente notó que algo
no andaba bien. Reparó de nuevo en el detalle de la entrada de su nuevo
cliente. El portal exterior, aun en el caso de estar desbloqueado, era muy
ruidoso al abrirse, y la puerta delantera también, pero no había oído un solo
sonido correspondiente. Revisó disimuladamente desde donde estaba parado a la
base de las escaleras y notó de nuevo que desde su posición se veía claramente
que la puerta delantera a su lado izquierdo estaba trabada con llave; a su
derecha también veía que la entrada al patio trasero situado al otro lado del
salón principal estaba aún cerrada con llave. De todos modos no podía
distraerse demasiado de la situación inmediata puesto que no importaba cómo
había llegado hasta ahí el Sr. Freedman, el caso es que ahí estaba y eso
implicaba o un gran peligro o una gran oportunidad, o quizás las dos cosas a la
vez. Cauteloso como siempre, Shodai abrió casualmente la puerta del baño de
invitados que quedaba a la derecha de la entrada principal y ahora a su propia
izquierda; miró adentro y sintió un notable alivio cuando vio que no había
nadie.
[
“Veo que hay jabón,
toalla y papel higiénico. ¡Listo para recibir visitas!”, agregó el Sennin para
disimular sus intenciones. Por la sonrisa en la cara de su huésped era obvio
que no lo había logrado.
Siempre
sospechoso, Shodai trató de discernir las más obvias explicaciones que le
llevaban a cuestionar si de hecho este momento podría ser ‘real’ o no, o si el
individuo por delante era verdaderamente el actor Morrigan Freedman. Pensó:
‘¿Me habrán intoxicado? ¿Será un sueño? ¿Estaré alucinando?’ Reparó de pronto
en que el visitante nunca llegó a admitir en verdad ser el actor Morrigan Freedman,
pero tampoco lo desmintió, pero a pesar de todo el wa de Shodai le avisaba de la posibilidad
implícita de una gran mentira. ‘Aquí hay gato encerrado’ concluyó, decidiendo
que desde luego había algo que no concordaba. Además de las prácticamente
imposibles, o al menos inverosímiles, coincidencias de la aparición súbita de
un famoso actor hablando un idioma ‘en traducción’, estaba la cuestión de la
entrada ilícita e inexplicable al interior del Instituto.
[
“Jacob también se
preguntó lo mismo que Usted”, mencionó casualmente el presunto actor.
[
“Perdón. ¿Cómo dice?”
[
“Jacob. El de la Biblia.
¿Usted sí conoce la Biblia? ¿Verdad? O al menos eso da a entender en sus
escritos”, dijo el ‘Presunto’ Sr. Freedman con un tono no poco retador. La
simpatía anterior del visitante inesperado se había borrado inmediatamente de
su rostro, reemplazada de súbito por una expresión de exigente expectativa pendiente
una ciertamente intensa indignación. Era una expresión muy propia de la cultura
afroamericana y una que Shodai conocía muy bien; era la expresión de suma
incredulidad ante la remota posibilidad de una respuesta negativa a una
pregunta que se daba casi por retórica porque se está seguro de la respuesta.
[
“Lo siento. Oyéndole
hablar en español, y ante todo con un acento castellano, de España, estoy un
poco distraído. Sí, sí conozco la Biblia, lo suficiente para justificar mis
conclusiones.”
[
“Sí, claro que sí.”
Los
labios y la boca del Presunto volvieron a sonreír, pero no sus ojos. Había una
dureza amenazadora tras ellos, la dureza pensó Shodai, de alguien que se siente
injustamente agredido o de un animal amenazado, un animal que busca la
oportunidad y el momento de expresar su descontento o su intención de aniquilar
la amenaza. Con la misma sonrisa el actor, o el impostor – o el actor-impostor
del actor – se acercó a la puerta para salir de nuevo por la puerta al
pasillo exterior a la entrada del Instituto y quitarse el calzado, dejando a
Shodai cortado con el gesto en el aire de abrirle la puerta a su ‘huésped’. Pero
en el transcurso de ese desplazamiento, algo sucedió que le obligó a Shodai cambiar
por completo su percepción de la situación, o al menos que le llevó a
establecer en su mente la base para formular parámetros claros al respecto de
la misma. Sin que el señor llegara a tocar la puerta o siquiera a acercar la
mano a la misma, la posición del pestillo había cambiado – es decir, había
cambiado de cerrado a abierto por sí sola. Tal vez, razonó Shodai, si no hubiera
sido porque momentos anteriores él mismo había reconfirmado que el pestillo
estaba echado en posición horizontal, o sea cerrado, ese detalle no hubiera sido
significativo. ‘Hubiera dudado de mí’, pensó, ‘de no haberme cerciorado del
pestillo, ¿pero hasta qué punto se puede confiar en los sentidos?’, concluyó el
Sennin con una pregunta casi auto-retórica.
[
“Se da cuenta de que
Jacob se preguntó lo mismo, ¿verdad?” repitió el visitante, ahora sentado en el
taburete del patio interior del Instituto y quitándose las botas.
[
“¿Cómo dice?” respondió
Shodai, pensando ‘¡Otra vez con Jacobo!’.
[
“Tiene usted la
apariencia de alguien que duda de la realidad de lo que está viviendo y lo toma
con impresionante calma, quizás porque espera despertar en algún momento.”
‘Hmmm’, pensó Shodai sonriendo conforme se acordaba de la escena del filme ‘The Matrix’
en la que Morfeo le dice casi exactamente lo mismo a Neo. “Le decía que Jacob se preguntó lo mismo
cuando luchaba con Dios.”
[
“Sí, por eso Dios, o un
ángel o Dios en forma de ángel, le disloca la cadera para que al día siguiente
supiera que no era un sueño, y que debería continuar con su nueva identidad –
‘Israel’, que significa ‘el que luchó con hombres y con Dios’ – ¡y
prevaleció!”, puntualizó Shodai.
[
“¡Ese Jacob sí que era
algo impresionante! ¡Atreverse a luchar con el mismo Dios! Ya casi no se
encuentran hombres así. ¡Daría cualquier cosa para encontrarme con uno, frente
a frente cara a cara, y mente a mente, y combatir con él!”
[
“¿Viene Usted para una
clase de artes marciales?”, preguntó Shodai, algo sorprendido.
[
“¡Oh no! ¡Yo no! ¡Soy un
pacifista! Yo vengo para, digamos, un diálogo, o lo que Usted llamaría un
‘combate mental’, por así decirlo.” Y luego el misterioso intruso recitó
Génesis 32, versículos 25 a 33 de pura memoria y con una entonación y dicción
prácticamente divinas:
“Y habiéndose quedado Jacob solo, estuvo luchando alguien con él
hasta rayar el alba. Pero viendo que no le podía, le tocó en la articulación
femoral, y se dislocó el fémur de Jacob mientras luchaba con aquél. Este le
dijo: «Suéltame, que ha rayado el alba.» Jacob respondió: «No te suelto hasta
que no me hayas bendecido.» Dijo el otro: «¿Cuál es tu nombre?» - «Jacob.» -
«En adelante no te llamarás Jacob sino Israel; porque has sido fuerte contra
Dios y contra los hombres, y le has vencido.» Jacob le preguntó: «Dime por
favor tu nombre.» - «¿Para qué preguntas por mi nombre?» Y le bendijo allí
mismo. Jacob llamó a aquel lugar Penuel, pues (se dijo): «He visto a Dios cara
a cara, y tengo la vida salva.» El sol salió así que hubo pasado Penuel, pero
él cojeaba del muslo. Por eso los israelitas no comen, hasta la fecha, el
nervio ciático, que está sobre la articulación del muslo, por haber sido tocado
Jacob en la articulación femoral, en el nervio ciático.
[
“¡Impresionante Sr. Freedman!
¡Es Usted todo un maestro del arte dramático! Sin lugar a dudas”, comentó
Shodai verdaderamente encantado y aplaudiendo la exquisita actuación del
presunto actor Morrigan Freedman.
[
“¿Dígame, de paso, fue
un ángel o Dios mismo el que luchó con Jacob?”
[
“Las dos cosas. Fue un
ángel avatar de Dios.”
[
“¡Gracias! ¡No se me
había ocurrido esa posibilidad! ¡Claro! Pero de todos modos tendría que ser
Dios porque si no Génesis 32:29 sería una completa falsedad: «En adelante no te llamarás Jacob
sino Israel; porque has sido fuerte contra Dios y contra los hombres, y le has
vencido.», ¿verdad?”
[
“Verdad. ¿Y sabe por qué
Dios combatió con Jacobo?”, le preguntó el presunto actor.
[
“Por la misma razón por
la cual Dios le pidió a Abraham que sacrificara a Isaac”, respondió el Sennin.
[
“¡Pero eso fue para
probar su fe!”, replicó el presunto Sr. Freedman.
[
“Teológicamente hablando
quizás sí. Pero yo creo que más bien fue para probar su compromiso y su
convicción; para saber si era capaz de superar su máximo apego, de hacer lo que
tuviera que hacer no importa el costo”, respondió el Sennin.
[
“¡Cumplir o Morir!”,
agregó el supuesto Sr. Freedman.
[
“¡Cumplir Hasta Morir!
Exactamente. Usted, Sr. Freedman, tiene que comprender que el apego y el miedo,
Sr. Freedman, son dos caras de la misma hoja. Son inseparables. Donde está uno
está el otro. Estamos apegados a lo que tememos perder, y tenemos miedo a estar
sin los objetos de nuestro apego. Siempre que hay un miedo hay un apego correspondiente;
y siempre que hay un apego hay un miedo adjunto, quizás oculto, pero siempre
presente. Con el sacrificio de Isaac, Yahveh quería asegurarse de que Abraham
no era un hombre de apegos, es decir de miedo. Abraham era uno de los
patriarcas, de los próceres del judaísmo; no se puede ser prócer y sucumbir al
miedo Sr. Freedman.”
[
“El apego y el miedo.”
[
“Así es. Poderosa
combinación que la religión explota al máximo. Por ejemplo, en la religión
cristiana, en el cristianismo explota esa combinación de forma excelente con el
concepto del miedo al Demonio y el apego a Dios. El primero inspira el miedo
para que el creyente busque amparo en el segundo. ¡Muy efectivo
psicológicamente!”, afirmó nuestro Sennin.
[
“Se me escapa a veces
Shodai que Usted es también profesor de religiones del mundo.”
[
“Y de la psicología y de
la filosofía de la religión, Sr. Freedman.”
[
“¡Claro! ¡Claro! ¡No
podemos olvidarnos de eso! Eso hace para un estudio muy comprensivo, muy
completo, muy integral de la religión. Al menos eso me parece a mí – aunque sus
detractores no parecen coincidir”, comentó el presunto actor con una pequeña
carcajada, añadiendo de seguido: “Pero volvamos al tema. Según usted, ¿qué
tiene que ver la orden del sacrificio de Isaac con el enfrentamiento con Jacobo?”
[
“Sr. Freedman, el
compromiso y la valentía, al igual que el miedo y apego, también son dos caras
de sus respectivas monedas. La valentía no es la ausencia de miedo; la valentía
es la capacidad de cumplir con nuestro compromiso a pesar del miedo. Y el miedo
solamente se tiene que considerar en términos de un impedimento interno más, y
si nos logra paralizar es sin duda el impedimento más poderoso, pero sigue
siendo uno de muchos. La apatía por ejemplo, es otro impedimento que a veces
hay que superar. Pero volviendo al punto, la calidad, la profundidad de nuestro
compromiso solamente se demuestra, sólo se expresa con el sacrificio a nuestros
apegos. Para Abraham sacrificar a Isaac, a su hijo querido después de haberle
anhelado durante tanto tiempo, era un acto de tremendo compromiso por una
parte, de desapego y de confianza en Yahveh por otra. Y Yahveh, como buen líder,
no quería tenientes ineptos. Ningún líder quiere seguidores sin compromiso y
con apegos contrarios a la causa. No son fiables.”
[
“Interesante su
perspectiva. ¿Y Jacob? ¿Qué me dice de Jacob?”
[
“En el caso de Jacob, él
no se achantó a pesar de que sabía que estaba luchando con un ser paranormal,
incansable. A pesar de ello Jacob no nos lanza un ‘no más’, no se rinde. Cualquier
estado interior que tuviera, como el cansancio o el miedo, los superó porque no
se dejó definir por ellos. Eso muestra su capacidad de compromiso. Se había
propuesto la misión de ‘Cumplir o Morir, Cumplir Hasta Morir’, y venció. Los
hombres de integridad cumplen con su deber por encima de sus miedos y de sus
apegos, y para eso hace falta valentía, carácter, integridad. Abraham y Jacob
demostraron esas cualidades.”
[
“Parece ser que Usted
los admira.”
[
“Respeto los valores y
los principios que representan Sr. Freedman, para eso están los mitos, ¿no
cree?”, respondió nuestro Sennin sonriendo pícaramente.
[
“Impresionante discurso
Shodai. Pero… déjeme preguntarle algo, ¿sabe lo que significa ‘Penuel’, verdad?”,
preguntó el Presunto con tono algo condescendiente conforme terminaba de
quitarse las botas para entrar de nuevo en el interior del Instituto.
[
“De hecho, sí lo sé.
Significa ‘la cara de Dios’”, respondió el Sennin, observando un ligero tono de
asombro en la mirada del Presunto.
[
“¡Muy bien! No hay mucha
gente que sepa ese detalle, al menos que hayan estudiado la Biblia
académicamente como Usted lo ha hecho. Por cierto, ¿me refiero a Usted como
Shodai o Sr. Shodai?”
[
“Simplemente Shodai,
gracias.”
[
“Shodai entonces. Por
eso estoy aquí, tenía ganas de encontrarme frente a frente con un hombre de
carácter, de principios inalienables como Usted parece ser en sus escritos,
hacerle unas preguntas directas y difíciles y mirarle a los ojos mientras me da
sus respuestas. Bien, bien. Está bien. Pero hay otras posibilidades, ¿no cree?”
[
“¿Otras posibilidades con
respecto a qué, Sr. Freedman?”
[
“Con respecto a si
estamos ahora en un sueño o en la realidad tal y como los seres humanos la entienden.”
[
“¿En un sueño o
despiertos? Pues sí, supongo que sí, ambos son posibles. No hay límites a la
fantasía humana Sr. Freedman, sobre todo en cuanto se trata de los dioses. En
la Biblia, por ejemplo, siendo una obra literaria, es decir, de la imaginación,
y Dios siendo un ente ficticio, es decir, un producto de la fantasía humana al
que se le atribuye ser todopoderoso, pues con esos parámetros en mente, Dios podría
haber sacado a Jacob a una dimensión fuera del tiempo y del espacio de forma
que no fuese del todo ‘realidad’ y tampoco un ‘sueño’. ¿Sabe, Sr. Freedman, cómo
llamamos en MAMBA esa dimensión más allá de las tres dimensiones del espacio y
la cuarta del tiempo?”
[
“La Quinta Dimensión, o
también la ‘Imaginocepción’, término
que Usted mismo acuñó para referirse a todas las experiencias que el cerebro
crea para la mente independiente de información sensorial, como son los sueños,
los trances, las alucinaciones psicóticas…”
[
“O las narcóticas
también. Así es, Sr. Freedman.”
[
“Pero me refería no a
Jacob con Dios en Penuel, sino a Usted y yo aquí mismo.”
[
“Curioso que Usted me
hiciera esa pregunta, Sr. Freedman. Es una pregunta de carácter metafísica u
ontológica.”
[
“La metafísica y la
ontología. ¡Qué fascinante! Pero fíjese Shodai que por lo que entiendo hay una
gran confusión respecto a cómo se aplican esos términos. Podría ayudarme a
distinguirlos así de forma clara y escueta sin tener que entrar en un largo
discurso académico”, solicitó el
Presunto amablemente.
[
“¡Vaya que es Usted
cruel! ¡Pedirle brevedad a un académico en dos temas, por falta de uno, tan
debatidos!”
[
“Si me pudiera hacer ese
gran favor.”
[
“Está bien, Sr.
Freedman, pero que conste dudo que mis respuestas satisfagan a todos y sin
dudas ofenderían a algunos. La ontología es la disciplina filosófica que se
dedica a determinar lo que es o no real, mientras que la metafísica se dedica a
estudiar la naturaleza de lo real. Más breve imposible. Vinculados a la
metafísica y a la ontología, está la epistemología, la parte de la filosofía
que se ocupa del saber, de cómo sabemos que sabemos. Pero los problemas serios
irremediablemente corresponden a los tres. Ahí tiene Sr. Freedman.”
[
“Muchas gracias Shodai.
Dijo Usted ‘problemas serios’, ¿a qué tipo de problemas se refería? Deme un
ejemplo, por favor.”
[
“Sí, como por ejemplo la
naturaleza de la experiencia misma. ¿Es real? ¿Cómo podemos saber si es real?
¿Es real un sueño? ¿Es real una percepción? O tomemos a su dios. ¿Es real o no?
¿Existe materialmente? ¿Existe como idea? ¿Si existe, cuál es su naturaleza? ¿Y
si no existe materialmente sino como idea solamente, cómo es que impacta tanto
en el mundo? Problemas de esa índole. ¿Cómo sé que existo en un mundo real y no
en una Matrix?”
[
“Cogito ergo sum. El ‘pienso luego existo’ de Descartes”, comentó el
Presunto.
[
“Así es Sr. Freedman,
pero yo prefiero ‘sum conscious, ergo sum’,
‘soy consciente, luego existo’. Uno podría estar sintiendo pero no pensando y
el sentir mismo confirma nuestra existencia puesto que hace falta estar
consciente para sentir, no hace falta estar pensando, con experimentar, con
estar consciente basta para saber que existimos – sin importar la naturaleza de
la realidad, soñando, alucinando, o despierto.”
[
“Es usted un todo un lince, Shodai, o quizás
debería llamarle Chaim Yaakov”.
[
“Fascinante”, respondió
Shodai, ligeramente impresionado – pero conteniéndose: había que estar de mente
presente en esta situación y no dejarse
distraer.
[
“¿Le sorprende que yo sepa
su nombre Hebreo?”, le preguntó el Presunto queriendo presionar donde había
hecho cuña.
[
“No del todo”, respondió
el Sennin de forma despreocupada, desviando la supuesta estocada del Presunto. “Seguro
que con los recursos que Usted tiene sabe mucho de mí; aunque en realidad por
otra parte tampoco me oculto del mundo; o sea, no es exactamente una gran
hazaña tampoco, tengo hasta mi resumen por ahí en la Internet. Pero me halaga
que se haya tomado la molestia de investigarme. Por favor, pase al salón y
siéntese, estaremos más cómodos ahí que de pie aquí en la puerta, además con la
puerta abierta entran moscas y las moscas me fastidian y no las tolero en mi
Instituto”, dijo Shodai gestionando con la mano derecha hacia el salón
principal del Instituto KAIZEN Center de MAMBA-RYU.
[
“Las moscas también son
criaturas de Dios”, respondió el Presunto con una sonrisa, ahora sí muy animada
y ladina.
[
“Y también lo fueron los
6 millones de judíos muertos en el Holocausto – pero a Dios no pareció
importarle mucho. Creo que Dios podrá dispensar de alguno que otro insecto de
su creación que entre a molestarme en mi guarida.”
[
“¿Está Usted resentido
con Dios?”, preguntó el Presunto.
[
“No acostumbro a
entretener resentimientos contra entes ficticios, Sr. Freedman”, respondió
Shodai sonriente, añadiendo luego: “Es como si me pregunta que si estoy
resentido con Santa Claus porque no me trajo la figura de Rafiki que le pedí en
mi carta al Polo Norte. Mi posición con respecto a Dios no tiene nada que ver
con Dios per se, y todo que ver con
el ser humano y la idea de Dios. Lo que me causa gran indignación, no
precisamente resentimiento, es el efecto nocivo que tiene la idea de Dios en nuestra
especie. Pero en respuesta a su anterior pregunta, admito que sí me parece
interesante que sacara a relucir mi nombre Hebreo. No es algo que puede
encontrar indagando sobre mí en la Internet.”
[
“‘Chaim Yaakov’, buen nombre, ‘Chaim’
significa ‘vida’, y ‘Yaacov’ es
Jacob. Yo creo que Usted es como Jacob de la Biblia, luchando contra Dios; y su
alter ego, uno de ellos debería decir, su gran personaje se llama ‘Omayok’ significa
también, curiosamente, ‘vida’. ¿No es así Shodai Sennin James Alexander
Overton-Guerra?”, agregó el Presunto muy sonriente conforme se acercaba a la
mesa del salón principal del Instituto
KAIZEN Center de MAMBA Ryu que se halla en frente del escritorio de Shodai.
[
“Así es”, respondió
Shodai, ahora sí verdaderamente impresionado con el Presunto y preguntándose
cuantos de sus lectores/seguidores habrían sido tan sagaces como él a la hora
de conectar los ‘puntos’ y atar los ‘cabos’ de sus obras. “¡Creo que el lince
es usted Sr. Freedman! También me sorprende que use esa expresión tan española,
‘ser un lince’, es decir, ser sagaz, perspicaz. Me encanta ese animal.”
[
“También sé que le
encanta, por eso lo tiene en su logo de la Estrategia Existencial. Pero no nos
distraigamos y sigamos con su nombre. La etimología de su nombre civil, por
ejemplo; ‘James’ significa ‘el que suplanta’ y es precisamente lo mismo que Jacob.
James, Diego, Santiago, todos son sinónimos de Jacob.”
[
“No se le pasa ni una”,
respondió Shodai, presintiendo ya a donde iba todo esto.
[
“Y su segundo nombre,
‘Alexander’, significa ‘protector de la humanidad’, algo al cual usted se
dedica con su trabajo y con sus escritos. Pero usted no cree ni en el destino
ni en un propósito universal, lo cual resulta muy curioso, ¿no cree?”
Evidentemente
esto no sería una consulta normal, determinó Shodai, sino más bien una
entrevista – o quizás hasta un juicio. Había que retomar el control del
encuentro con este tal ‘Freedman’ – ‘hombre libertado’ – y no dejar que este
individuo, sea quien fuese, marque el tempo y el rumbo, pensó Shodai. Acomodándose
en su sillón detrás de su escritorio no descartó en absoluto la posibilidad de
estar siendo grabado o de alguna forma monitoreado electrónicamente para que
sus respuestas fueran distribuidas o diseminadas – quizás incluso en su contra
– de ahí que formularía sus respuestas con sumo cuidado, cosa que en realidad hacía
siempre.
[
“Sr. Freedman, corríjame
si me equivoco pero el nombre ‘Morrigan’ también tiene una etimología
interesante, ¿no es cierto? ¿Creo haber leído que se refiere a una diosa de
guerra que se manifiesta a veces como una diosa única en la forma de un cuervo
encapuchado y a veces en un trio de diosas todas hermanas? Una pero tres. ¿Me
equivoco?”
[
“No se equivoca Maestro
Sennin. Hay algo de verdad en lo que Usted cree haber leído. Ahora a mi
pregunta por favor”, insistió el Presunto sonriente pero firme en su petición.
[
“Si por ‘destino’, Sr. Freedman,
Usted entiende que nacemos con un propósito ya predeterminado, entonces no, no
creo en el destino. Pero si por otro lado Usted entiende por ‘destino’ el
objetivo final de una trayectoria, como por ejemplo, el gran objetivo que una
persona se propone lograr con su vida, lo que puede venir a llamarse su misión
de vida, entonces sí, sí creo en el destino. Usted me dirá entonces.”
[
“O sea, sí cree pero no
cree; es Usted muy preciso con sus palabras, como un abogado.”
[
“No Sr. Freedman, no
como un abogado, sino como un filósofo, disculpe Usted la interrupción,
continúe por favor.”
[
“No hay de qué; le
agradezco la clarificación. Pero no se preocupe, estamos completamente en
privado. Puede confiar con mi discreción igual que confío que yo con la suya. ¿Y
lo de ‘protector de la humanidad’?”, preguntó el Presunto, ya cómodamente
integrado a la mesa de cristal del salón, directamente opuesto a Shodai.
[
“En cuanto a protector
de la humanidad, la única amenaza a la humanidad, o sea, lo único de lo cual la
humanidad precisaría protección es de su propia ignorancia, apatía, y soberbia,
y sí, a eso me dedico a combatir”, respondió el Sennin sonriente.
[
“Y de alguna manera
Usted ve a Dios involucrado en todo eso.”
[
“Efectivamente, Sr. Freedman,
la ignorancia, la apatía y la soberbia se combinan, intensifican, y se mantienen
en la idea de Dios”, respondió el Sennin ya de forma más impasible.
[
“¿Entonces Usted Shodai,
no cree en Dios?”, preguntó el Presunto a modo de formalidad para entrar en
materia.
[
“Si me habla de Dios
como un ente real…”
[
“¿O sea, como yo por
ejemplo?”, interrumpió el Presunto con una gran sonrisa de oreja a oreja – como gato que se comió el canario pensó
nuestro Sennin, que ignoró verbalmente la pregunta retórica del Presunto para
continuar con la temática de su respuesta.
[
“… como un árbol, como
el sol, como un ser humano, como una mesa, como un ser inerte o vivo pero no
imaginario, entonces no, no creo en Dios más de lo que creo en unicornios, elfos,
hadas, o el ratoncito Pérez. No creo en Dios más allá de una idea, una muy, muy
mala idea por lo general, por cierto, pero una idea tremendamente influyente en
la mente y en la realidad humana. Tampoco, por ejemplo, creo en la teleología.”
concluyó Shodai.
[
“Pero usted no cree en
eso.”
[
“No. Claro que no, Sr.
Freedman, claro que no.”
[
“Usted cree en la
evolución.”
[
“Completamente. Y fíjese
que la evolución no tiene diseño, ni diseñador, ni destino. Solamente
innumerables causas interrelacionadas que tienen sus efectos simultáneos, y que
a su vez son causas para otros. Causas y efectos que se entre-combinan en una
red dinámica formando el sistema complejo que es la realidad del mundo
material, objetivo, y del mundo mental que llamamos la Quinta Dimensión, pero
no hay diseño, ni hay destino, no hay diseñador maestro, ni mucho menos
benigno. Además, hablando de ‘benigno’ o ‘maligno’, Usted debería saber que
fuera del ámbito del ser humano no existen el bien o el mal. Una araña no es ni
buena ni mala, solamente ‘es’, y es el resultado de miles de millones de años
de adaptaciones evolutivas a un medio hostil e indiferente; un huracán
destruirá, pero no es ni bueno ni malo, solamente el resultado de interacciones
entre fuerzas atmosféricas, diferenciales de presión y de temperatura, pero
carece de volición, carece de voluntad, así que no puede tener ni bondad ni
maldad, solamente ‘es’; un volcán, lo mismo… ¿Ve a dónde voy con todo eso?
Solamente el ser humano es capaz de crear o de atribuir esa distinción entre
‘benigno’ o ‘maligno’ independiente del universo. Suponiendo que no existe un
dimensión no-material o extra-material repleta de dioses, de ángeles, de espíritus,
de demonios, de fantasmas, de duendes, y de demás entidades por el estilo,
claro. Fuera del ser humano y de su fantasía o imaginación – imaginocepción en
general – el concepto del bien y del mal no existe porque no aplica, Sr.
Freedman.”
El Presunto tomó una breve pausa en la
que observaba a Shodai ya con una definitiva dureza que había tratado de
ocultar con anterioridad pero que ya no lograba suprimir, como si le estuviera
midiendo, acechando, como un depredador mide a una presa o un enemigo a su
contrincante. Shodai por su parte se divertía, relajado en su papel de
atormentador intelectual de su ‘cliente’, el cual finalmente saltó con un tono
algo amargado sino es que tóxico:
[
“¿Shodai, cuál es su
problema con Dios?”
[
“Simple”, respondió
Shodai con una carcajada abierta y despreocupada, divertido por la pregunta.
“Como le dije, la idea de Dios en el mundo occidental sobre todo es
efectivamente sinónima de la ignorancia, de la apatía y de la soberbia, que a
su vez son los grandes enemigos de la humanidad. ¿Por qué digo eso? Simple:
Dios es precisamente la idea que justifica la ignorancia, la apatía y la
soberbia en el mundo, especialmente en el tercer mundo. No hay diferencia entre
Dios y el Demonio con lo que a mí me concierne; de hecho, la idea de Dios
facilita, promueve, asegura la misma maldad en el mundo que se atribuye al
Demonio de acuerdo a la mitología cristiana. Gracias a Dios existe el Demonio,
y la presencia del Demonio garantiza la necesidad de Dios. Esa es la realidad
que la idea de Dios crea en el mundo. La idea de Dios crea la realidad del
Demonio en la mente humana, y la realidad que se le atribuye al Demonio fomenta
la necesidad de creer en la idea de Dios. Dios, los dioses, el Diablo, y los
demonios existen en la mente humana porque son creados por el miedo. El miedo
al Demonio, Sr. Freedman, nos crea un apego a Dios.”
[
“¡Ah sí! Es cierto”,
comentó el Presunto de forma mucho más calmada: “es como Usted escribió en una
poesía reciente:
Incertidumbre
Shodai, dígame una
verdad.
¿Por qué me molestas? Ya
te di tres: ‘el dolor llega, el placer pasa, y la vida se acaba.’ ¿No te bastan
esas?
¿No hay otra?
Hay una, sí. Pero esa
solamente un Sennin la viviría.
¿Viviría? ¿A qué se
refiere Shodai?
Sí, las verdades se
viven Fausto. Solamente aplicado el buen conocimiento se convierte en
sabiduría.
¿Y cuál es esa otra
verdad, Shodai?
En el ser humano hay una
lumbre,
Que le domina y abrasa,
Donde nacen los dioses
Y yacen los demonios
Que le exigen
mansedumbre.
¿Dígame cuál, Maestro?
Un terrible infierno llamado ‘Incertidumbre’.”
La
recitación de la poesía de Shodai por parte del Presunto venía acompañada de
una furia tenuemente oculta tras una sonrisa condescendiente. Pero algo logró
entrever el astuto Sennin, algo que le hizo exclamar ampliamente en su mente,
‘¡Te reconozco! ¡Yo sé bien quién eres!’. A lo que el Presunto respondió como
si el diálogo continuara partiendo de ese mismo pensamiento en la mente de
Shodai:
[
“Usted entonces, James
Alexander, Yaacov Alexander, o Jacob Alexandros, quiere suplantar a Dios para
proteger a la humanidad de Él. Su mismo nombre lo dice. ¿No estaría
predestinado a ello?” Había por un instante lo que a nuestro Sennin le pareció
ser un brillo intenso en los ojos del Presunto, como los de un animal en la
noche reflejado por la luz de una linterna. En su rostro una expresión algo
traviesa, casi juguetona, pero que enmascaraba una índole bastante menos que
benévola.
[
“No soy el primero ni
seré el último en llamarse James Alexander”,
respondió Shodai, añadiendo: “si todo estuviera en el nombre entonces,
¿cada uno de los centenares de individuos que se llaman James Alexander también
estaría ‘predestinados’ a suplantar a Dios y proteger a la humanidad de Él?”
La interacción entre los dos debatientes
ya se desenvolvía a dos niveles de lenguaje: uno verbal y congenial, y el otro
no verbal y repleto ya de una hostilidad casi abierta. Disfrutando de este
juego de gato y ratón en el cual se negaba a hacer de ratón, Shodai respondió
con una amplia sonrisa totalmente impasible ante la posible revelación visual
de la verdadera identidad de su ‘cliente’.
[
“¡Touché!”, respondió el
Presunto. “Claro, si fuese el caso de que solamente fuera el nombre, cualquiera
con ese mismo nombre hubiera hecho lo mismo que Usted. Por supuesto. Y sabemos
que eso no es cierto. Sin embargo, sospecho que algo más hay… Que todos los individuos
del mundo llamados ‘James Alexander’ no sean como Usted no implica que el
nombre no le haya inspirado a Usted en particular. Quizás a modo de profecía
autorrealizable.”
[
“Pero ya no estaríamos
hablando de destino en el sentido de un futuro predestinado de acuerdo a planes
y voluntades sobrenaturales”, respondió nuestro Sennin.
[
“Quizás sí, quizás no. Por
eso la fe mueve montañas Maestro Sennin. Con la fe ‘creer es poder’. ¿Hasta qué punto la fe – algo no físico – en sí
mismo es responsable por sus logros? ¿Me permite observar sus diplomas?”,
preguntó el Presunto apuntando con la mano derecha a la pared a su izquierda.
Con un leve gesto de ‘adelante’ con la mano derecha Shodai
respondió en silencio. El Presunto, levantándose con elegancia casi
felina, como la de un atleta marcial o un bailarín, se desplazó con fija
atención para observar los numerosos diplomas en la pared meridional del salón.
[
“¡Vaya, vaya que si
tiene Usted una impresionante colección de títulos académicos y marciales!
¡Nunca había visto nada igual! Toda una vida de increíble dedicación y
disciplina. ¿Cuántos cinturones negros tiene Usted?”
[
“No me acuerdo diez o
más. Quizás más de una docena. No me acuerdo exactamente, no me resulta importante.”
[
“¿No son importantes?”
[
“No dije que fueran
importantes; dije que ya no me resultan importantes ahora. Los grados solamente
son importantes cuando no se tienen. Una vez que los logras hay nuevas cimas
que escalar. Así que para mí ahora ya pues no, no lo es. Lo importante es lo
que hice y lo hago con ellos. La creación y el continuo desarrollo de
MAMBA-RYU. Eso es importante.”
[
“Y no puedo sino
preguntarme qué tipo de incertidumbre interior le llevó a alguien a insistir en
superarse de esta forma. ¿A quién trataba de impresionar? ¿A su padre? ¿A su
madre? No… no… a su madre no… a su padre. En los grados académicos sin dudas a
su padre. Ya leí su novela autobiográfica. Interesante vida que ha llevado
Usted. Dicen que Usted es prepotente, altivo, arrogante pero lo cierto es que
hay mucha más modestia en Usted de lo que las personas imaginan. Nadie
verdaderamente inmodesto trabajaría tanto para superarse.”
[
“Eso tampoco es
importante”, respondió Shodai.
[
“¿El qué?”
[
“Lo que las personas
imaginen.”
[
“Claro, que no. Un
hombre como Usted tiene más cosas en qué pensar que preocuparse por mentes
mezquinas. ¡Y tantos títulos universitarios y diplomas profesionales! Como dijo
Einstein, ‘Los grandes espíritus siempre
han encontrado violenta oposición por las mentes mediocres. Estos últimos no
pueden entender cuando un hombre no se somete sin pensar a
prejuicios hereditarios, sino que con sinceridad y valentía emplea
su inteligencia y cumple con el deber de expresar los resultados de
su pensamiento en forma clara’.”
[
“Es una de mis citas
favoritas de todos los tiempos”, respondió nuestro Sennin.
El Presunto había pausado un momento
delante de unos diplomas escritos en japonés, revisando los kanji con los ojos como si los leyera
pensó nuestro Sennin, que por evitarse la molestia de una posible larga
traducción decidió mejor no preguntarle al Presunto si leía japonés.
[
“Sí, lo sé. Es lógico.
Habla de Usted claramente. ‘Es hora de
Grandes Espíritus y Leyendas’. ¿No es así?” Se refería al título del tercer
volumen de ‘La Bitácora de Shodai’.
[
“Así es, Sr. Freedman.
Pero ahora estamos en ‘Los Dragones
Guardianes’ que es el cuarto volumen.”
[
“Cierto. Y hay otra cita
de Einstein que también le fascina a Usted: ‘La imaginación es más importante que el conocimiento.
El conocimiento se limita a todo lo que hoy
conocemos y entendemos, mientras que la imaginación abarca al
mundo entero, y a todo lo que alguna vez será saber y
entender’.”
[
“Ha dado Usted con dos
de mis citas favoritas de uno de mis identidades favoritas. Pero no creo haber
puesto eso en ninguno de mis escritos. ¿Cómo ha llegado a saber eso de mí?”
Ahora sí que Shodai estaba intrigado, y no se molestaba en disimularlo. Pero la
pregunta de Shodai quedaría sin respuesta ya que en vez de responder el
Presunto siguió reparando en cada detallito de los numerosos diplomas en las
paredes del Instituto KAIZEN Center de MAMBA Ryu, como un investigador forense
tratando de interpretar la evidencia material perteneciente a la escena del crimen.
[ “Esto del Manifiesto de la Sociedad del Dragón es muy interesante.
La había leído antes, varias veces, y fue este escrito mismo el que me
convenció de que tendría que encontrarme con su autor cara a cara”, dijo el Presunto,
para continuar con una lectura del texto con una entonación que hizo que a Shodai
mismo se le pusiera la carne de gallina:
“Es
durante las grandes crisis cuando los hombres demuestran su verdadero metal.
Muchos,
demasiados, ante las primeras amenazas de tormenta se desentienden del mundo y
se escabullen como viles alimañas a la oscuridad de sus madrigueras y
escondrijos.
Otros,
los legionarios del cambio, esperan atentos al llamado de generales y profetas
que los guíen e inspiren en la misión redentora.
Y aún
otros, enfrentados con la tempestad que amenaza nuestra destrucción, impulsados
por el fuego de una gran pasión por la rectitud y el amor al prójimo, extienden
sus alas contra el vendaval y se comprometen, hasta con su último aliento, a
nuestra protección.
Éstos
han sido, y siempre serán, los dragones guardianes de nuestra sociedad.
Shodai
J. Alejandro Overton-Guerra.”
[
“¡Bravo! ¡Bravo Sr. Freedman!
Evidentemente Usted tiene mucha experiencia actuando diversos papeles,
adoptando un sinfín de identidades. ¡Su rendición humilla la calidad del texto
mismo!”
[
“No Señor, en absoluto.
Una rendición nunca puede superar el contenido que transmite, solamente logra
resaltar el valor de lo que ahí se presenta”, respondió el Presunto con suma seriedad
y elegancia, añadiendo: “Esta es mi frase favorita: ‘impulsados por el fuego
de una gran pasión por la rectitud y el amor al prójimo’. Obviamente habla
de usted mismo, usted es un ‘dragón guardián de nuestra sociedad’, al
menos se considera serlo; pero no un dragón más, ni otro cualquiera, sino el
más grande de los dragones. ¿Cómo fue que escribió en cierta ocasión? ‘Hubo
un Alejandro que llamaron Magno, pero aquí hay otro que le dirán Supremo’,
¿verdad?”
[
“Algo así dije sí.
Increíble su memoria y su afición a mis escritos. ¡Ahora solamente preciso de
cien mil lectores más como Usted que compren mis libros y tal vez no me tuviera
que preocupar de la renta de un mes para otro!”, comentó Shodai con buen humor.
Los dos se rieron con candidez, y por unos instantes la hostilidad subyacente
entre ambos fue disuelta por un buen humor compartido. Mientras, el Presunto se
había desplazado al fondo de la sala donde, desplegado en otro marco idéntico
al anterior se encontraba la ‘Misión del
Maestro de MAMBA’ inscrito sobre los cinco obeliscos que lucen en el logo
de MAMBA KAIZEN.
De nuevo con singular entonación y con tremenda resonancia y
efecto, el Presunto volvió a dar una recitación del texto:
“Vengo a estar
Para que aprendan a estar
Por lo que ha de estar
Aun cuando ya no puedan más estar.
Vengo a alzar
Para que aprendan a alzar
Lo que se ha de alzar
Aun cuando ya no se puedan más alzar.
Vengo a persistir
Para que aprendan a persistir
Por lo que ha de persistir
Aun cuando ya no puedan más persistir.
Vengo a permanecer
Para que aprendan a permanecer
Por lo que ha de permanecer
Aun cuando ya no puedan más permanecer.
Vengo a ser
Para que aprendan a ser
Lo que tienen que ser
Aun cuando ya no puedan
más ser.”
[ “No me puede convencer de que Usted no es un hombre de destino
Shodai. Usted mismo se delata.”
[ “Claro que sí, pero nada tiene que ver con Dios, se lo aseguro.
Bueno, eso en realidad no es cierto”, dijo Shodai corrigiéndose a sí mismo. “De
un tiempo a esta parte me di cuenta de que la vigencia de la idea central de
Dios tiene que ser desplazada para que el ser humano se libere de su estado de
opresión bajo la misma. Dios es la causa y el efecto o resultado del
sufrimiento en el mundo.”
[ “Es usted muy duro con Dios, ¿no cree?”, soltó el Presunto. En ese
mismo instante y por breves momentos se desató una tormenta eléctrica afuera
del Instituto KAIZEN Center conforme se oscurecía el día bajo la presencia de
espesas nubes negras que bloqueaban al sol por completo.
[ “Teniendo en cuenta todas las atrocidades que se han cometido en
su nombre…”, continuó Shodai, divirtiéndose provocando la ira del Presunto.
[ “¡Pero no se puede culpar al autor por lo que se hace en su
nombre!”, gritó a viva voz el Presunto, perdiendo momentáneamente su
compostura, añadiendo después de unos momentos con más calma conforme cesaron
los rayos y los truenos y la claridad del sol regresó al día: “Imagínese que a Usted le citan fuera de
contexto y le usan como pretexto para improperios.”
[ “Uno, Dios no es el autor de la Biblia. Dos, si lo fuera y fuera
un ser inmortal entonces sería sin duda en parte responsable por aquello que se
hiciera en su nombre ya que estando vivo el autor debería aclarar malas
interpretaciones de su obra que llevaran al daño ajeno, y en general el que
calla otorga…”
[ “Y ‘el que no contribuye a
la solución es el problema’. ¡No digamos su notorio, ‘lo que no aporta no importa’! ¿No era eso lo que iba a decir?
También he leído sus bitácoras y su Diario de un Sennin.”
[ “Así es. Y tercero, suponiendo que Dios fuese omnipotente, con ese
poder vendría igualmente la total y completa responsabilidad, de la cual a Dios
como protagonista heroico del judaísmo, del cristianismo y del Islam se le ha
absuelto. Dios se lava las manos, Sr. Freedman. Y aun siendo una idea es una
idea que en su estado dominante tiene, ha tenido históricamente, un impacto
tremendamente negativo en la humanidad. Lo divino en general. Para el ser
humano las ideas, Sr. Freedman, constituyen la realidad más importante. La
Quinta Dimensión es donde esas ideas residen, habitan, viven, se transforman,
nacen, mueren. Es donde habitan esas ideas que impulsan una religión y la
mantienen vibrante y actual y es ahí también donde mueren y la convierten en
mitología. Quien domina las ideas domina el mundo de los hombres porque esa es
la dimensión que determina la realidad de los seres humanos.”
[ “Sí, mal no recuerdo su escrito; Usted dijo algo así como ‘para el ser humano la realidad más
importante es el de las ideas’. Interesante su perspectiva Maestro Sennin”,
comentó el Presunto, ahora más en control de sus emociones, sonriendo en vez de
tomar la carnada que Shodai le ofrecía. “Interesante su perspectiva”, respondió
de nuevo, añadiendo después de una breve pausa: “Leí algo muy interesante de
Usted, algo personal. ¿Me permite comentarlo?”
Nuestro Sennin estaba
aún sentado detrás de su escritorio y el Presunto había casi terminado de
recorrer las tres paredes del salón principal donde están colgados los diplomas
profesionales y marciales y los títulos académicos, parándose ahora delante de
la pared levantina situada a la izquierda de Shodai.
[ “Adelante Sr. Freedman. Si estaba escrito donde Usted lo pudiera
leer, evidentemente no es tan personal que no estuviera dispuesto a
comentarlo.”
[ “Bien, se lo agradezco. Cuando Usted estaba en pleno dolor de su
tratamiento de cáncer, cuando la vida misma para Usted estaba en juego, cuando
dominaba estadísticamente la posibilidad de una discapacidad permanente si es
que sobrevivía, de hecho cuando sus enfermeras y doctores no le daban más de un
30% de posibilidades de supervivencia, leí que Usted nunca tomó refugio en
Dios, de hecho rechazó la idea por completo. ¿Podría explicarme eso?” Aunque
disfrazada de petición no lo era en lo más mínimo, sino que era una clara
imposición, una orden, un mando de un ser superior a otro subordinado e
inferior.
[ “No hay mucho que explicar, simplemente que no me vi necesitado o
suficientemente tentado para rezar o pedirle nada a Dios.”
[ “Hay algo más que no verse tentado o necesitado. Usted rechazó a
Dios como si fuera el diablo mismo, como si fuera el Satán, como si aceptando
el consuelo de la ayuda de Dios fuese la mayor traición a la humanidad posible.
Vaya a su bitácora, a su anotación del 1 de septiembre del 2011, y lea lo que
tiene allá escrito, en voz alta por favor.”
[ “Está bien, deme unos momentos a que lo localice en mi laptop.” Y
con eso Shodai abrió su ordenador portátil y en segundos comenzó a buscar el
texto correspondiente; mientras el Presunto se dispuso delante del recuadro del
‘Gran Entendimiento’ dispuesto en el
lado norte del marco de la entrada a la sala, casi inmediatamente a la izquierda
de donde estaba sentado Shodai en escritorio.
[ “¡Aquí lo tengo!”
[ “Léalo en voz
alta por favor.”
[ “Sí claro.”
[ “ANOTACIONES PARA
EL 1 DE SEPTIEMBRE, 2011:
46. Título de la
Anotación: ‘Combate Mente a Mente’
Soy un hombre de
paz, pero a pesar de ello debo admitir que en el fondo me gusta el combate
ritual; y el argumento intelectual, la guerra de ideas, es la forma de combate
más satisfactoria y más sanguinaria que existe. En mis trayectos por la selva
de las mentes a veces me topo con algún pobre ingenuo que en su soberbia e
ignorancia al confundirme por un gato me reta porque aún no ha conocido a un
tigre. Quizás sea ese mismo afán de mi carácter que me hace tan apropiado para
la necesaria tarea de la misión encomendada que quedará, sin duda alguna, cumplida.
Ayer alguien pensó toparse con un gato…
“Facebook, 31 de agosto, 2011:
Dina Duarte: ¿Qué cosa específicamente te gustaría cambiar del mundo?
Shodai J. A. Overton-Guerra: Cambiaria la creencia en Dios por la
creencia en el ser humano mismo.
Shodai J. A. Overton-Guerra: Creo que los seres humanos tenemos
que ser más responsables los unos con los otros, sentirnos parte el uno del
otro, que lo que le duele a mi prójimo me duele a mí, y pensar menos en
progreso tecnológico y material y más en progreso de las condiciones humanas.
No puedo mirar al cielo mientras sé que bajo él millones de niños pasan hambre
día tras día.
Dina Duarte: Que hermoso es lo que me dices mi Shodai. Eso es totalmente falto
de egoísmo… eso me gusta.
Dina Duarte: Ya me iba a trabajar pero esto merece que me quede unos minutitos
más… ¿y cuál sería la solución? ¿Qué piensas que hace falta para erradicar ese
mal de egoísmo???????
Shodai
J. A. Overton-Guerra: He tenido y experimentado todo lo que un ser humano pudiera
querer experimentar – como dicen ‘he
estado bien comido y bien acogido’ – ahora toca en el tiempo que me queda
ocuparme de los que quedan y no pueden. Poder y tener que hacer son una misma
cosa. ‘La nobleza obliga.’
Dina
Duarte: Un árbol de manzanas no puede dar naranjas...dinos tú Shodai que
eres Psicólogo y un maestro en estos menesteres.
Shodai
J. A. Overton-Guerra: ¡Uf! Ya sabes Dina que soy radical. Pero si me das pie te
diré simplemente: abdicamos nuestra responsabilidad a una idea hecha en imagen
y semejanza a nuestros propios defectos y a conveniencia de nuestras
debilidades: Dios. Elimina a Dios y busca responsabilidad y autoridad en la
dimensión humana y comenzaremos a hacer progreso. ‘Gracias a Dios’, ‘Si Dios
quiere’, ‘Que Dios te bendiga’, etc., etc., nos roba de nuestro poder y de
nuestra responsabilidad. Es una idea al centro de un esquema, de un paradigma
de existencial no sustentable y que nos tiene enlodados, atascados. Es hora de
que miremos al mundo y digamos, si fuimos hechos en imagen y semejanza de Dios,
que patético es nuestro modelo original, porque del fruto se reconoce el árbol.
No, no es así, Dios es una idea hecha a NUESTRA imagen y semejanza y ahora nos
limita. Es una idea que está al centro de una falta de responsabilidad, de una
mediocridad, de una devaluación total de la vida. Pensar en un paraíso eterno
resta del valor de la vida; pensar en un salvador celeste nos desanima de tomar
responsabilidad nosotros mismos. :)
Dina
Duarte: Ahhh ya te entiendo… ¿O sea que tú dices que siempre estamos
echándole la culpa a Dios de nuestras irresponsabilidades? Yo percibo a Dios
como un ser superior dentro de mí… una fuerza grande dentro de mí...
Shodai
J. A. Overton-Guerra: La única fuerza que precisa cada ser humano es la suya
propia, de su propia fuerza de voluntad. Inventa otro nombre si precisas, pero
‘Dios’ trae muchas connotaciones. Llámalo ‘Zumbala’ o ‘Xaxendo’ o ‘Kalimbus’,
jajaja. Rogamos a Dios, agradecemos a Dios; mejor nos esforzamos y nos
agradecemos a nosotros mismos - y nos culpamos a nosotros mismos también.
Dina
Duarte: Una cosa que nunca me ha gustado es el echarle para todo la
culpa a Dios o al diablo: ‘Se le metió el diablo y mato a fulanito o manganito’…
¿Qué tal y mejor dicho su madre no pasó tiempo con él… no le enseñó valores… no
le hizo una persona capaz… fuerte… La violencia es sinónimo de frustración e
incapacidad... la seguridad en nosotros mismos se nos da durante nuestra
formación... y si por desgracia tuvimos malos padres, hay que formarse por sí
solos… dejar la pereza y buscar respuestas… ¿Cómo puedo ser mejor? ¿Qué me
falta? ¿Cómo puedo ser una persona excelente?
Shodai
J. A. Overton-Guerra: Así es. Tenemos que dejarnos de Dios, el Diablo, el Paraíso,
el Infierno, y adoptar nuevos valores y nuevas formas de pensar que no lleven a
la excelencia personal y social por sí misma, no por deseo de un precio o por
temor a un castigo.
Gerardo
R. Astorga Qué intenso [es] ese tal Shodai.
Shodai
J. A. Overton-Guerra: Fíjate, los países más religiosos, los más supersticiosos,
los que más culto abierto rinden a Dios son por lo general los que pudiéramos
decir, los más olvidados de Dios, los más alejados de Él. ¡Si por rezar fuera
el tercer mundo sería el primerísimo mundo! A ver si no cae la ficha. Si Sr.
Astorga, soy intenso. Y esto es solamente el inicio. Sentirá mucho más esa
intensidad en un futuro no muy lejano. Dios lo quiere así.
Gerardo
R. Astorga ¿Dios? ¿O sea yo mismo? Según su teoría Dios solo es una
creación mía entonces ¿yo quiero percibir más intensidad?
Shodai
J. A. Overton-Guerra: Disculpe, lo de ‘Dios lo quiere así’ era una broma, era puro
sarcasmo. :) Jajaja. Pero sí, creo que hoy en día después de tanta falta de
personas con argumentos bien razonados, después de una falta de visionarios, y
después de una escasez de agallas, creo que todos vamos a agradecer algo de
‘intensidad’ Sr. Astorga. :)
Shodai
J. A. Overton-Guerra: A lo mínimo Dina, mis perspectivas os obligaran a que
razonéis, argumentéis, consideréis vuestras propias posiciones - a favor o en
contra de las mías, no importa! - ¡para que seamos libres tenemos que comenzar
por discurrir!
Gerardo
R. Astorga Solo puedo poner como ejemplo de fortaleza miles de casos de
discapacidad física o condiciones extremas de pobreza donde el espíritu humano
toma el lado positivo y sale adelante en lo personal creo en su perspectiva de
responsabilidad de nuestros actos sin embargo dejar de creer por mi parte en la
existencia de un orden superior de "Dios" sería muy ególatra , creer
que Dios es solo un padre protector y punitivo de un esquema freudiano para mí
es muy simplista y aventurado con todo respeto Mr. Shodai.
Shodai
J. A. Overton-Guerra: ¿Y de que Dios me habla, Sr. Astorga? ¿De Zeus? ¿De Odín?
¿De Brahma? ¿De Shiva? ¿De Vishnu?
Shodai
J. A. Overton-Guerra: Estoy esperando al Sr. Astorga que me iba a dar nombre a su
Dios.
Shodai
J. A. Overton-Guerra: No preciso de dioses para mi fortaleza espiritual, solo me
basto y me sobro. Y cualquier ser humano tiene la misma capacidad, si se atreve
a reconocerla. Los dioses nos precisan a nosotros. Cuando dejamos de creer en
ellos desaparecen al fondo de nuestra imaginación - de donde surgieron en un
inicio.
Shodai
J. A. Overton-Guerra: :) Está bien. Entonces, para ser honestos, debería anunciar que
soy profesor de religiones del mundo, de la filosofía de la religión y de la
psicología de la religión. Juego con ventaja en este tema. ;) También soy
profesor de neurociencias cognitivas. Mi especialidad era la imaginación,
experiencias místicas, chamanismo, hipnosis, etc.
Shodai
J. A. Overton-Guerra: Con tu permiso Dina voy a copiar en tu muro una anotación de
mi bitácora de Shodai con respecto al personaje de Dios tal y como Él mismo se
revela en la Biblia. Lo que sucede es que muy poca gente lee la Biblia entonces
al hablar de Dios no tienen referencia concreta sino por convenio cultural.
Shodai
J. A. Overton-Guerra: OK, ahí está. Aprended sobre vuestro Dios, creyentes.
Quitarle el envoltorio a vuestras biblias, si es que tenéis una, y confirmar
que las referencias son precisas y acertadas. ¡Después decidme si ese es un
ente que merece adoración! Siempre podéis buscar las referencias en la
Internet, por cierto.
Dina
Duarte: Entonces, ¿estás basando tus comentarios netamente en tus
estudios? Estaba leyendo en algún lugar… no recuerdo la web, sobre tu
biografía… tienes muchos doctorados… Yo creo que este tema de Dios y las
creencias que tenemos, especialmente nosotros los latinos, es un tema muy profundo,
que no solo levanta miles de incógnitas, también levanta muchas pasiones. Yo
creo que la gente no se atreve a comentar porque es un tema muy controversial…
todos tenemos miedo de dar nuestro punto de vista ya sea sobre religión,
política, etc…Todos queremos ser aceptados y no criticados.
Shodai
J. A. Overton-Guerra: Maestrías, no doctorados, tengo dos "ABD" (All But
Dissertation) Todo salvo "disertación". Y si, mis comentarios son
basados en estudios empíricos, clínicos, etc.
Gerardo
R. Astorga: Disculpe la tardanza Sr. Shodai un amigo mío de un lugar muy
lejano me pasaba una exquisita receta… en cuanto al nombre de mi Dios no tiene
y podría ser cualquiera es sólo un concepto sin embargo aclare que es mi
particular percepción y lo traslado a un proverbio griego ‘en las trincheras no
hay ateos’ ¿Cuántos años tiene Ud. Sr. Maestro de neurociencias? ¿Qué
experiencias ha vivido? Por lo que percibo ninguna trascendental, ninguna que
le haya enseñado la humildad, no la sumisión, el respeto y no la soberbia, usted
lo dijo " por sus frutos los conoceréis" así es...
Gerardo
R. Astorga: Neurociencias cognitivas? Hipnosis? Eso suena a chamanismo y
como un ser de verdadera ciencia me dijo algún día "quien en verdad conoce
la bioquímica, es un necio si niega la existencia de Dios" y es un
científico que no basa sus estudios en empirismo con maestría y doctorado en Canadá,
solo mi punto de vista de un fanático religioso ah y del tercer mundo donde no
leemos.
Shodai
J. A. Overton-Guerra: :) Sr. Astorga, me hace gracia Usted. Confunde razón por ataque ad hominem. Pero ya que me
ha pedido evidencia de mis experiencias trascendentales. Ahora le copio mi Gran
Entendimiento. Un momento…
Shodai
J. A. Overton-Guerra: Ok, ya lo tiene en el muro de nuestra mutua amiga. Pero
referencias a sus amistades no son argumentos. Los argumentos se basan en
evidencia. Y una referencia pasajera a una autoridad no identificada no es un
argumento. Yo, por lo contrario, le he ofrecido evidencia. Si se atreve Sr. Astorga,
es decir, si tiene la valentía de hacerlo, le invito a que revise la evidencia
que ofrezco sobre la "personalidad" misma de su Dios en términos de
su representación en la misma Biblia. Ahora, dice que Dios bajo cualquier
nombre, lo siento eso no es un argumento, puesto que muchas culturas creen en
numerosos dioses, no en uno solo. Cada uno un ser autónomo. Considere el
Hinduismo, por ejemplo. Con respecto a mis propias credenciales solo tiene que
buscar en la Internet y me encontrará bien representado, ahí tengo vídeos,
poesías, ensayos, libros, novelas, cursos completos, etc. Y hablando de
neurociencias canadienses - precisamente debería familiarizarse con la obra de
Michael Persinger, colega mío, y sus experimentos que demuestran que la IDEA de
Dios, de los dioses, espíritus, etc., son el resultado de actividad cerebral.
Dios si está en el cerebro, en su química, en su actividad electromagnética, al
igual que donde hallamos todas las ideas que emergen de la mente humana como el
amor, el odio, la envidia, la mezquindad. El protocolo del argumento racional
exige que usted, si va a debatir de forma seria y madura, rebata los argumentos
sobre su Dios que he propuesto en forma de evidencia material a su disposición.
De no ser así me debate desde la comodidad de una irresponsabilidad dialéctica
y eso Sr. Astorga, sería perder mi tiempo. Tómese la molestia de leer mi nota y
coménteme sobre la evidencia bíblica de la falta de moralidad de su Dios, o si
no, le deseo buen día.
Shodai J. A. Overton-Guerra: La idea de que la auto-confianza es
sinónima de soberbia o de arrogancia es la promotora de la ignorancia y de la
apatía y sinónima de la mediocridad que nos define y nos consume. La soberbia
solamente existe en coalición con la ignorancia puesto en verdad esta es muy
atrevida. La auto-confianza surge del entendimiento, del estudio, de la razón.
El refugio del acomplejado ante el auto-confiado siempre ha sido el recurso el
designio de "arrogante" o "soberbio". El antiguo adagio lo
capta muy bien: “El que no sabe, y no sabe que no sabe es un necio, ¡apártate
de él! El que no sabe, y sabe que no sabe, es hombre sencillo, ¡instrúyelo! El
que sabe, y no sabe que sabe, está dormido, ¡despiértalo! El que sabe, y sabe
que sabe, es un sabio, ¡síguelo!" Mi papel como hombre instruido es el de
enseñar a los que quieren aprender. Eso no es ser soberbio, ¡es ser MAESTRO!
¡Buen día a todos! He de llevar mi cátedra a otra parte, ¡pero prometo
regresar!
Gerardo R. Astorga: Gracias Sr. Shodai revisaré sus
argumentos en busca de la luz que desvanecerá a mi Dios.
Shodai J. A. Overton-Guerra: Gracias a Usted Sr. Astorga y créame
que mi intención no está en desvanecer a su Dios, eso sería imposible porque
una idea es tan indeleble como la mente-cerebro que la sostiene; mi propósito
solamente consiste entrar en dialogo sobre las características morales de la
antedicha deidad que aparecen en el mismo documento que sirve para confirmar su
existencia, diálogo que quedará zanjado si Usted cree, dada la evidencia
irrefutable de la conducta de su Dios, si aún es merecedor de su adoración.
Dios no puede ser desvanecido, solamente descubierto. Shalom.
Shodai
J. A. Overton-Guerra: El propósito del filósofo no es el de necesariamente cambiar
las creencias de los demás, sino de provocarles a que salgan de su apatía y de
su soberbia defensiva a que revisen la ignorancia que tienen de las mismas.
Shodai
J. A. Overton-Guerra: Un último detalle Sr. Astorga, yo soy "ateo de
trinchera" - si es que una batalla contra un cáncer originalmente
diagnosticado como terminal califica para Usted como "trinchera". Le
aseguro que mi ateísmo es radical, absoluto, inflexible, y comprobado por
cirugías, quimioterapia, radiación, y dolores que pocos seres humanos han
experimentado sino por diseño de tortura. Mis declaraciones llevan la
convicción de conocimiento de causa. Y no, Sr. Astorga, no preciso de Dios ni
de dioses, ni de demonios, santos, espíritus, suerte, etc. en mi paradigma
personal y aunque me estuviera quemando en un infierno - que lo estuve - y se
me apareciera algún ente inmaterial declarándose Dios para rescatarme, ¡le
mandaría a que mejor atendiera al resto del mundo que tiene tan abandonado! Eso
es afirmar el poder de la confianza en mi propia humanidad; eso no es, Sr.
Astorga, ser soberbio.
He
Dicho. Así Es. Y Así Será.”
[
“¿Ve? Eso es lo que no entiendo de Usted”,
reaccionó el Presunto nada más terminar Shodai de leer el texto. “Parece un
hombre tan razonable, tan lógico, pero por otra parte prefería la certeza del
dolor, de la muerte, o de la discapacidad física a la posibilidad de una
solución que tuviera que ver con Dios. Me tiene que explicar eso, porque no lo
entiendo. No entiendo cómo podría repudiar tanto a Dios como para preferir
dejarse condenar. La mera esperanza de un rescate es mejor que ningún rescate
en absoluto, ¿no cree?”
[
“Yo de hecho Sr. Freedman,
no, no lo creo. Al menos no para todos, al menos no para mí. Es aquí donde la
filosofía y la psicología se disputan la verdad; donde la verdad de la realidad
concreta, observable, se enfrenta con la verdad posible, de la profecía
autorrealizable.”
[
“¿Pero Usted nunca se ha
propuesto lograr algo que en perspectiva razonable era plenamente imposible?
¿Cómo explica Usted todos estos logros? ¿Me va a decir que la fe no tuvo una
fuerte parte en lo que se representa en esas tres paredes?”, preguntó el
Presunto, claramente indignado.
[
“Confianza en mi
compromiso conmigo mismo y con mi misión de vida sí Sr. Freedman, pero
esperanza en que el universo de alguna forma conspirara para mi beneficio
nunca. Un Sennin nunca sucumbe a la esperanza entendida en ese sentido; un
Sennin considera las posibilidades o probabilidades de eventos futuros como
parte de su proceso de cálculos y planes, pero no recurre a la desesperación de
la esperanza. La esperanza, Sr. Freedman,
es madre del apego y la hermana de la desesperación, y surge siempre en
respuesta a la incertidumbre de una situación futura. Un Sennin, Sr. Freedman,
no tiene apegos, y creer en Dios o en los dioses o en cualquier ente producto
de la fantasía y esperar algún beneficio de los mismos es el más grande de
todos los apegos posibles. Usted me pregunta, ¿qué pierdo con creer en o con
aceptar la posibilidad de la ayuda de un ser sobrenatural? ¡Le diré lo que
hubiera perdido Sr. Freedman! Lo hubiera perdido todo: mi valor propio, mi
dignidad, mi autenticidad, mi libertad, mi identidad. ¿Se acuerda de algo que
escribí hacer varios años titulado ‘El Sendero de MAMBA’?”
[
“¡Cómo no! Fue una de
sus primeras publicaciones sobre su nuevo modo de vida que es MAMBA.”
[
“Así es, déjeme
leérselo…deme un minuto mientras que lo encuentro aquí en mi computadora…”
[
“¿Usted no se acuerda de
lo que escribe?”
[
“No, Sr. Freedman.”
[
“Y yo no me olvido de lo
que leo. Acuérdese de eso Shodai.”
[
“Me imagino que esa
capacidad le tiene que servir de mucho al recitar sus líneas… Aquí lo tengo,
con su permiso…”
[
“¡Adelante!”
[
“Continúo entonces…”
“El Sendero de MAMBA.
‘El espíritu es aquel metal forjado entre el martillo de la
voluntad, el yunque del tiempo, y el fuego de la adversidad.’ -- La
bitácora del maestro.
“A lo largo de mi niñez y
entrando a mi mediana adolescencia mis mayores inquietudes, mis más profundas
preocupaciones estaban enfocadas en cómo sobreponerme al abyecto terror y
violencia que a veces definían mi existencia. De muy joven me di cuenta de que
la solución al problema no residía exclusivamente en la condición física, ni en
la preparación técnica, ni en la especulación cognitiva ya que ante la
calamidad siniestra, si carecemos de una constitución mental robusta tales
atributos pueden rápidamente brotar alas y abandonarnos a la más resoluta
desesperación y acongojo.
“Creo que fue como resultado
del impacto de estas experiencias precoces que mi interés en las artes
marciales y en otras prácticas y metodologías del extremo oriente se enfocara
más en las capacidades mentales que conllevan a una tranquilidad confiable aún
ante el desastre que en las meras manifestaciones físicas de poder o de
técnica. No eran tanto las habilidades pugilísticas de ‘Kwai Chang Caine’ de la
serie televisiva ‘Kung Fu' que captaron mi atención como la serenidad y
sabiduría de los maestros de Shaolín quienes lo entrenaron. No fue tanto la
dinámica despampanante ni los bravos aullidos cinematográficos de tipos como
Bruce Lee que me sirvieron de inspiración, como las imágenes televisivas del
monje Budista que protestó la injusticia religiosa de Vietnam del Sur
auto-inmolándose y muriendo inmutable, inerte y en silencio.
“A lo largo de los años me resultó evidente que es sólo mediante
una fuerte fundación psicológica, filosófica, e incluso ‘espiritual’, que
podamos esperar que el edificio de nuestra existencia logre superar las
adversidades tormentosas de la vida, los desengaños y los desastres; y es
también a través de tal fundación que consigamos apreciar lo magnífico y
asombroso de ‘ser’ no importa cuán desagradable la carga que llevemos, cuán
pesada la roca que debemos rodar.
“No es en los momentos de
vanagloriosa victoria donde se encuentra al verdadero campeón; no es en las
horas, semanas, o años de descubrimientos celebrados o de logros renombrados
donde encontraremos la auténtica ‘grandeza’; ésa solamente se encuentra en
aquellos instantes inexorables vividos por súper-individuos que una vez tras
otra, enfrentados con innumerables fracasos o trágicos desengaños, amenazados
con morir en el anonimato total, o viviendo en la más apurada miseria,
demuestran su reconsagración inagotable a la ‘causa.’
“Muéstrame a un hombre o a una
mujer quien, después de haber sido repetidamente derribado e incluso hundido
por las fuerzas implacables e incesantes de una realidad más allá de su
control, y quien sin buscar refugio ni en dimensiones fantásticas ni en entes
ficticios, se alza una vez más por su propia cuenta, en espíritu si no en
cuerpo quebrantado, y yo te mostraré el verdadero sentido de la fortaleza
interior y del poder personal. Encuentra un individual quien aún en medio de
los impredecibles pleitos y desafíos de la vida, pérdidas crueles, achaques
desatinados, y tragedias desalentadoras deriva ‘sentido’ del mero hecho de
vivir, y habrás encontrado a alguien que ha amaestrado al arte elusivo de ser
feliz.
“No es a la persona que,
provista del lujo de la calma y del confort logra alcanzar un estado de
‘consciencia mística’ a la que debemos admirar. Por lo contrario; es al
individuo que enfrentado con los impredecibles desastres de la vida
verdaderamente encarada, y aún atrapado por las garras maliciosas del azar,
logra rápidamente recobrar la compostura y demostrarse ‘centrado’ a la que
debemos escrutar ya que ha logrado algo más allá de lo que los libros o las
técnicas por si solas pueden ofrecer: la sabiduría.
“La sabiduría, la combinación
de conocimiento y de práctica que conllevan a la felicidad y a la armonía en la
vida a pesar de las circunstancias es lo que todos en última estancia buscamos.
El poder personal sólo no es suficiente, porque sin los mecanismos mentales
para guiar su potencial, sin el contexto filosófico/espiritual dentro del cual
aplicar sus recursos no somos sino un Titánico: imparable en nuestro movimiento
y condenado a encontrar la ruina en el choque inevitable con los incontables y
despiadados icebergs de la vida.
“La condición existencial
humana está por su naturaleza repleta de inevitable pérdida – o de la amenaza
de la misma: pérdida de la vida, pérdida de la juventud, pérdida de la
propiedad y las posesiones, pérdida de los seres queridos, pérdida de la
inocencia, y demás, y por lo tanto se contamina del duelo y de la angustia que
naturalmente los acompaña. Sin embargo es en el caos de la guerra donde se
encuentran los más deplorables aspectos de la vida en su extremo: la carnicería
y la mutilación, la devastación y la destitución, el saqueo y la profanación,
el hambre y la enfermedad, etc.
“No es de sorprender que muchos
individuos vuelvan de los campos de batalla mentalmente traumatizados y
emocionalmente violados y trastornados, incapaces de integrarse con éxito a la
‘normalidad’ de su existencia anterior en tiempos de paz. Tampoco es de
sorprender que castas guerreras hayan sondeado metodologías
filosóficas/espirituales, como en el caso de los Samurái con el Zen, para
desarrollar la capacidad mental y emocional de superar las vilezas de la guerra
y reconciliar internamente la depravación de sus experiencias dentro del
contexto de un modo de vida y de existencia.
“Es por este motivo que para mí
las verdaderas artes marciales tienen como objetivo enseñar más que solamente
técnicas de poder físico; deben encaminar al practicante en un sendero de
auto-poder, descubrimiento y mejora que lleva más allá de la mera acumulación
de información o memorización de movimientos; en un sendero que lleva a un
espíritu inmutable derivado de una mente y de un cuerpo armonizados en acción.
Tal es el Sendero de MAMBA.
SHODAI
JAIME ALEJANDRO OVERTON GUERRA, 2005.
“No le doy la tremenda dramatización que lo da Usted, pero ahí
tiene”, agregó nuestro Sennin sonriente.
[
“Magnífico Shodai,
verdaderamente inspirador. Noto que lo escribió en el 2005, antes de su
cáncer.”
[
“Sí, dos años antes de
los episodios a los que Usted hace alusión.”
[
“¿Y no le parece
profético? ¿Ominoso incluso?”
[
“¿El qué?”
[
“¡Que sus propias
enseñanzas y convicciones fueron puestas a prueba por tales experiencias, por
su enfermedad! ¿Se acuerda del mito de Ícaro?”
[
“Ícaro, el que voló
demasiado cerca del sol y se le derritieron las alas. Sí, ese mito se toma como
ejemplo de lo que sucede a aquellos que aspiran demasiado y que por lo que se
denominaba ‘hybris’ o falta de humildad ante los dioses, y son castigados por
los mismos. ¿Implica que mi cáncer fue causado por Dios?”
[
“Podría ser, podría ser”,
dijo el Presunto con una sonrisa malévola repleta de satisfacción mientras que
lucían en su mirada una par de ojos brillantemente iluminados.
[
“Pues supongamos que así
fuera, entonces sería totalmente consistente con mi teoría sobre la verdadera
naturaleza doble del Dios-Demonio. Primero me atormenta con los males del
cáncer para coaccionarme a rogarle su ayuda. Suena como un mafioso que primero
manda quien te robe para luego ofrecerte su protección contra futuros robos que
en realidad fueron efectuados por sus propios secuaces. Dios como extorsionista
embaucador. ¡Acepto la factibilidad de su teoría! Supongamos, por cuestiones
del argumento presente, que Dios sí existiera como un ente real y no una mera
idea de la Quinta Dimensión humana; entonces por supuesto que acepto la
posibilidad de que haya podido ser él el origen de mi cáncer para luego tratar
de coaccionar mi sumisión a su autoridad ofreciéndome el remedio al perjuicio
que Él mismo ocasionó.” ‘¡Touché!’,
pensó Shodai, reclinándose sonriente en su sillón detrás de su gran escritorio.
De nuevo irrumpieron los rayos y truenos en el cielo, el día oscureció, la
tierra se echó a temblar, pero Shodai no por ello dejó de lucir una sonrisa
burlona, totalmente satisfecho y entretenido con su retórica.
[
“¿Acaso no fue su cáncer
de gran provecho para Usted? ¿No fue de gran utilidad para su propósito? ¿No
tiene que agradecerle a Dios por su cáncer? ¡Hasta obtuvo su dichosa
‘iluminación’ como resultado!”, replicó el Presunto apuntando al texto del Gran
Entendimiento colgado en un marco en la pared a la siniestra de nuestro Sennin.
[
“¡Jajaja! ¡Qué ridículo!
¡Eso sería como decirle a los judíos que deberían estar agradecidos a Hitler ya
que gracias al Holocausto lograron por fin consolidar su sueño de Israel! No,
Sr. Freedman, no le tengo nada que agradecer ni al cáncer, ni al mismo Dios si
fuese la causa del cáncer por cualquier beneficio que yo supiera sacar de mi
enfermedad. Mucha gente sufre enfermedades mortales, terapias y convalecencias
miserables, eso no les convierte en Shodai, ni de por sí les lleva a la
Iluminación. Al único que le puedo agradecer es por saber sacar el máximo
provecho de esa situación es a mí mismo”, agregó Shodai ahora con su plena
sonrisa de Buda.
[
“Claro, ‘Shodai’ – ‘Sho’,
primer, ‘Dai’, grande – demasiado
grande para doblegarse ante hombre o Dios; disculpe, continúe.”
[
“Yo supe sacarle provecho
a la situación precisamente porque soy fiel a mis principios. Y con respecto a
Dios o a los dioses, a los Santos, a los demonios, o a los extraterrestres la
siguiente frase lo deja bien claro: ‘Muéstrame
a un hombre o a una mujer quien, después de haber sido repetidamente derribado
e incluso hundido por las fuerzas implacables e incesantes de una realidad más
allá de su control, y quien sin buscar refugio ni en dimensiones fantásticas ni
en entes ficticios’… Y déjeme
ser más explícito todavía: ‘sin buscar refugio ni en dimensiones fantásticas
ni en entes ficticios’. Y
puesto que para mí, Dios es un ente ficticio y el cielo y el infierno son
dimensiones fantásticas, ¿dónde quedaría mi integridad personal si en el
silencio de mi privacidad decidiera, al contrario de mis propias creencias,
tratar de hacer un pacto secreto con el ‘enemigo’ para beneficio propio? No soy
el gobierno de los EE.UU. que impone embargos y sanciones internacionales a
países en defensa de un supuesto principio para luego a través de operaciones
clandestinas y acuerdos secretos sortearlo para su ganancia económica o
beneficio político.”
[
“El escándalo
Irán-Contra bajo el Presidente Ronald Reagan, a eso se refiere, ¿verdad?”
[
“Entre muchos.”
[
“Pero nadie lo hubiera
sabido. Podría Usted haber pactado con Dios desde su silencio y sin informar a
nadie.”
[
“El ser más importante
del universo lo sabría.”
[
“Déjeme adivinar: Usted
mismo.”
[
“Exactamente. Y si uno
no es fiel a sí mismo, ¿quién puede confiar en él?”
[
“Entonces no lo hizo, no
recurrió a Dios por motivos de integridad.”
[
“Sí, pero no solamente
por esos motivos. Si hubiese recurrido a Dios en un momento de alta necesidad y
si hubiera tenido la resolución que tuve, ¿cómo iría a saber que Dios no fue la
causa? Si siempre que quiero algo en vez de confiar en mí mismo acudo a la
fantasía, y cada vez que por el azar o por la razón el resultado sea el deseado
acabaría asignando realidad a la fantasía y a la superstición dándoles poder y
atribuyéndoles causalidad en mi vida.”
[
“¿Cuál es el problema
con eso?”
[
“Eso se llama
ignorancia, y la ignorancia nos priva de nuestra libertad, independencia, y
responsabilidad. ¿Se ha dado cuenta que cuanto más miserable es una población
más religiosa y más supersticiosa por lo general es su gente?”, respondió nuestro Sennin.
[
“No estoy seguro de
concederle ese punto, pero las personas necesitan creer en algo más que ellas
mismas, siempre ha sido así, y siempre lo será”, rebatió el Presunto, añadiendo
después de una breve pausa en la conversación: “¡Pero Usted, Shodai, no va a
decirme que toma todo el crédito por sus logros! ¿Hasta qué punto puede Usted
tomar el crédito por llegar a ser Shodai y hasta qué punto fueron sus padres,
el ambiente, sus maestros, sus experiencias, etc., que le formaron? ¡Usted sabe
perfectamente que nadie llega a ser quién es sin ayuda, sin influencias! ¿Qué
tiene que decir al respecto?”
[
“Tengo que decir que no
lo niego. De hecho, no solamente no lo niego sino que siempre he sido
consciente de ello. Si ha leído mi autobiografía ‘Julio Wolf’…”
[
“La he leído”, respondió
el Presunto.
[
“… sabrá que siempre
estuve consciente de la tremenda obligación moral de capitalizar al máximo mis
oportunidades y dones. Si quiere una explicación al empapelado de títulos y
diplomas en esas tres paredes ahí es donde debería comenzar por buscar.”
[
“Entonces Usted admite
que no merece el crédito por ello.”
[
“Por todo ello no”, admitió
el Shodai Soke de MAMBA Ryu.
[
“¿Por cuánto entonces?
¿Un 50%? ¿60? ¿20? ¿10? ¿Cuánto de los que somos es por la combinación de genes
y oportunidades, y cuanto es por lo que uno mismo aporta por su cuenta?”
[
“Eso es precisamente el
problema que tengo con Dios”, reportó nuestro Sennin con tremenda seriedad,
mientras que el Presunto volvió a tomar su asiento. “No puedo responder a esa
pregunta con certeza”, dijo Shodai pensativo. “Pero presenta Usted una cuestión
interesante. ¡Tremendamente interesante Sr. Freedman!”
[
“¿Ah sí?”, indagó el
Presunto.
[
“¡Claro que sí!”,
respondió nuestro Sennin totalmente entusiasmado. “Normalmente la dicotomía que
se presenta está entre naturaleza y la crianza; la pregunta siendo si los genes
o la biología completa pueden más que el agregado de las influencias sociales,
culturales, familiares. Pero Usted ha puesto todos esos factores en un mismo
lado, ajenos a la voluntad del individuo, independientes de su contribución
individual, independientes de su verdadera aportación a su estado o condición.
¿Se da cuenta de lo que eso pone en duda? ¿Se da Usted cuenta del ‘punto’ que acaba de levantar?”, preguntó
nuestro Sennin insistiendo de su ‘alumno-cliente’ la respuesta que incitaría el
resto de su ahora apasionado discurso sobre el ‘punto’.
Guía
de Estudio:
1.
¿Quién fue Jacob en la
Biblia y cuál piensan que pudiera ser la relevancia de Génesis 32, versículos
25 a 33? Encontrad tres versiones bíblicas diferentes y comparad los
resultados.
2.
Encontrad perspectivas
judías, cristianas, musulmanas y propias y comentad el significado y la
interpretación del Sacrificio de Isaac de Génesis 22.
3.
Investigad el
significado del término ‘imaginocepción’ y discutid la importancia del mismo a
la hora de categorizar y distinguir las experiencias de la mente consciente.
4.
Buscad definiciones y
problemas típicos propios de la metafísica, de la ontología, y de la
epistemología. ¿Cómo se presentan esos temas dentro del contexto del filme ‘The Matrix’?
5.
Resumid en un ensayo de
una página a doble espacio la esencia del argumento del filósofo francés Rene
Descartes que le lleva a su famoso cogito
ergo sum.
6.
Definid la ética como
rama de la filosofía y discutid a qué ámbito de la realidad aplica. ¿Existe
ética en el reino animal? ¿En el reino vegetal?
7.
Las ciencias físicas se
refieren a aquellas que estudian las propiedades físicas y químicas del mundo
natural, de la naturaleza. Incluyen, además de la física y la química, otras
ciencias como la geología y la astronomía, etc.
¿Cómo podríamos interpretar las leyes de las ciencias físicas en
términos de una ‘ética universal’? Discutid.
8.
Investigad el fenómeno
conocido como la ‘profecía autorrealizable’.
¿Cuáles son los problemas que presenta es fenómeno a la hora de distinguir las
verdaderas causas tras ciertos efectos o resultados?
9.
Comentad el siguiente
pasaje del dialogo anterior:
[ “Para el ser humano las
ideas, Sr. Freedman, constituyen la realidad más importante. La Quinta
Dimensión es donde esas ideas residen, habitan, viven, se transforman, nacen,
mueren. Es donde habitan esas ideas que impulsan una religión y la mantienen
vibrante y actual y es ahí también donde mueren y la convierten en mitología.
Quien domina las ideas domina el mundo de los hombres porque esa es la
dimensión que determina la realidad de los seres humanos.”
[ “Sí, mal no recuerdo su
escrito; Usted dijo algo así como ‘para el ser humano la realidad más
importante es el de las ideas’. Interesante su perspectiva Maestro Sennin”.
10.
Analizad y discutid el
dialogo entre Shodai, Dina Duarte y Gerardo R. Astorga. ¿Cuáles son las
evidencias, los argumentos, las premisas y las conclusiones?
11.
Comentad el siguiente
pasaje del dialogo anterior:
[
“¿Ve? Eso es lo que no entiendo de Usted”, reaccionó el Presunto
nada más terminar Shodai de leer el texto. “Parece un hombre tan razonable, tan
lógico, pero por otra parte prefería la certeza del dolor, de la muerte, o de
la discapacidad física a la posibilidad de una solución que tuviera que ver con
Dios. Me tiene que explicar eso, porque no lo entiendo. No entiendo cómo podría
repudiar tanto a Dios como para preferir dejarse condenar. La mera esperanza de
un rescate es mejor que ningún rescate en absoluto, ¿no cree?”
[ “Yo de hecho Sr.
Freedman, no, no lo creo. Al menos no para todos, al menos no para mí. Es aquí
donde la filosofía y la psicología se disputan la verdad; donde la verdad de la
realidad concreta, observable, se enfrenta con la verdad posible, de la
profecía autorrealizable.”
[ “¿Pero Usted nunca se ha
propuesto lograr algo que en perspectiva razonable era plenamente imposible?
¿Cómo explica Usted todos estos logros? ¿Me va a decir que la fe no tuvo una
fuerte parte en lo que se representa en esas tres paredes?”, preguntó el
Presunto, claramente indignado.
12.
Resumid ‘Sendero de MAMBA’ y discutid sus
premisas, argumentos y conclusiones a la luz de los diálogos presentados en el
presente capítulo ‘El Presunto’ de ‘Penuel: El Rostro Descubierto de Dios’.
13.
Resumid los argumentos
presentados entre las líneas 939 y 1035 con respecto a la función y a la
importancia que los debatientes – el ‘Sr. Freedman’ y ‘nuestro Sennin’ – atribuyen a Dios.